Os dedico esta pequeña iniciación al agua, unos cuantos ejemplos de cómo pintar el mar, las olas, orillas de mar, espuma. Por eso, porque me lo habéis pedido desde varios lugares del mundo, no sólo desde mi país y los países de habla española como Argentina, México, Colombia, Ecuador, Chile, etc. sino desde Canadá, Australia, Irlanda, Israel, Bélgica, Estados Unidos o China. Gracias por la acogida en todos estos lugares. Cada día me sorprende más. Me maravilla empezar la mañana encontrando que tengo un nuevo lector. Pintar es algo que hermana. El idioma es la pintura. En un mundo cada vez más iconológico, en donde las frases de más de ocho palabras empiezan a sobrar, este idioma de los pintores, el de imágenes y símbolos, está de plena moda, y nos une en la diversidad y en la lejanía. Gracias de nuevo.
El error sobreviene cuando, antes de conocer la técnica, ya la hemos abandonado.
Macarena Márquez
Cuando se está empezando a pintar con
acuarela, vemos como un objetivo muy lejano la simple idea de enfrentarnos al
mar. Solo pensar cómo reducir el movimiento a unas pinceladas nos llena de
duda, hasta ir aparcando el tema. Incluso conociendo un poco la técnica, es
algo que sucede. Hay casos en que no se tiene ni idea, ni de técnica, ni de
teoría del arte, y por su potente atractivo a los ojos del hombre es el primer
trabajo que uno se dispone a emprender.
Después de muchos años aprendiendo y enseñando
a abordar y a pintar el tema marítimo, he comprendido que no debe ser lo
primero que pintemos, a no ser que queramos frustrarnos, ni debemos dejarlo
para cuando la vista ya no soporte ni el exceso de luz, ni la oscuridad, cuando
seamos tan ancianos que las manos no respondan bien a nuestros deseos de
plasmar las maravillas que hemos divisado y divisamos mientras vivimos. Como
decía Aristóteles, en el centro está la virtud, y este es un principio muy
sensato a la hora de pintar con técnica. Para la creatividad, nunca aconsejaría
este principio, ya que resta fuerza. Pero no es la fuerza artística lo que
necesitamos cuando estamos aprendiendo, más bien mesura. Aprender técnicas y
métodos requiere disciplina y un tiempo lento. Lo primero que pintó Picasso no
fue Guernica. De niño empezó pintando con una minuciosidad y afán de detalle
que a él mismo le horrorizaban. Y, a la edad de 15 años, mientras aprendía y
vivía en La Coruña con sus padres, no pintaba la Torre de Hércules, o la Cabeza
de Hombre Barbudo como llegaría a pintar los retratos de Dora Maar. Hasta en
los genios hay un proceso. Aunque siempre son genios.
Si pintamos el mar y nunca hemos pintado algo,
nos pueden pasar dos cosas, que nos salga algo medianamente aceptable en virtud
de “la suerte del principiante”, o que acabemos emborronando. La acuarela es
agua. El elemento acuoso está inscrito en su nombre, es su esencia. Y como agua
que es, tiende a irse. Si no sabemos detener la pincelada en el momento
preciso, o, por el contrario, aplicar el agua intuyendo cuál va a ser su
comportamiento en nuestro papel, es muy probable que al final tengamos un
pliego con agua de varios tonos que tenderá a unificarse y que, al final, no
será mar. Como mucho será un charco fangoso. Yo puedo querer pintar un mar
plano, cubista, realista, neoimpresionista, suprematista, abstracto. ¡Claro!
Pero que, cuando lo pinte, no sea porque no domino una técnica.
Pintar con acuarela es una técnica, tiene un
método. Técnicas y métodos, cuando ya los conocemos y han dado su fruto, están
para abandonarlos y experimentar otros siempre que así se desee. Hay pintores
que se quedan en ese desarrollo, y alcanzan cotas muy altas desde la técnica.
Pero la mayoría experimenta. El error viene cuando, antes de conocer
la técnica ya la hemos abandonado. Es posible que al hacerlo abandonemos, no solo la necesidad de pintar un mar de verano, de traerlo con nosotros,
sino también todo mar, toda necesidad. La frustración que produce no saber
pintar lo que queremos es muy alta cuando nuestra pulsión es sencillamente
pintar.
Por eso, porque me lo habéis pedido desde
varios lugares del mundo, no sólo desde mi país, España, y los países de habla
española, comienzo ahora con un ejemplo para empezar a pintar el mar, las olas.
Es un ejemplo muy sencillo, que os animo a desarrollar tal y como lo voy
explicando. Más adelante os hablaré de mares y océanos. De momento hablemos de
orillas de mar, olas, espuma, transparencias. Es un nivel muy básico. Ya nos
iremos complicando más adelante.
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Cómo pintar MAR, OLAS, ORILLA, ESPUMA en 10 pasos. Acuarela Iniciación. |
1.—Dibujar a grandes rasgos planos de tonalidad: Nivel 1 de agua, ola 1, ola 2 nivel 2 de agua, arena.
2.—Reservar blancos con líquido enmascarador:
En este caso, se trata de manchar todo lo que es espuma con el líquido. Sería todo el espacio de Ola 1 y Ola 2. Después, al levantar la máscara, habrá que matizar dichos blancos. Pero eso es después. Muy importante que las líneas inferiores y superiores de nuestra mancha con enmascarador, que son las que conseguirán visualmente el efecto de la ola al romper, no sean unas líneas rectas, todas iguales, sin gracia ni personalidad. Como se puede ver son líneas curvas, redondeadas, no hay dos iguales. Es un ejemplo para aprender. Si hay gotas aisladas, se reservarán también con su forma única, no haciendo círculos blancos pequeños todos iguales. Un gran error es enmascarar todos los blancos sin dibujo. Al reservar los blancos estamos dibujando. En este caso se trata de un ejercicio de iniciación, por eso el resultado es algo estereotipado. Cuando tengamos práctica, ni siquiera haremos reservas de blanco. Seremos capaces de aislar la claridad no entrando ahí con color alguno. Paciencia, artista.
3.— Unas vez que haya secado perfectamente nuestro enmascarador, aplicar una aguada violeta muy clara a todo el trabajo. Para el violeta podemos utilizar Violeta de Cobalto, o mezclar Azul Ultramar con una punta de Rosa Permanente. Pasar por encima de los tramos que hemos enmascarado. Ahí no entrará la pintura. Dejar secar.
4.— Preparar otra aguada, esta vez formada por ese mismo violeta al que añadiremos un poco de ocre amarillo. Para que la transición sea suave, pondremos nuestro papel al revés. La zona de arena quedará arriba. Aplicar. Observar que la aguada vaya cayendo de forma suave. Ayudar con un pincel tipo paletina si es preciso.
5.— Dar la vuelta al papel de nuevo. Pintar los azules del mar. Son turquesas. Mezclaremos en nuestra paleta azul cerúleo con un poco de verde esmeralda y bastante agua. Son dos colores con gran poder de tinción. Se trata de conseguir transparencia. Es un mar del trópico. Dejaremos secar y aplicaremos nuevas pinceladas, nuevas capas hasta conseguir el tono deseado según modelo. Vamos abriendo claridades azules durante todo el proceso. Hay zonas en donde hay una capa, ahí se ve el violeta del fondo, y otras en donde hay varias capas de turquesa. Ahí no se ve aunque está y se acaba notando.
6.— Pintar la zona oscura de la ola. Lo he llamado Nivel 2 de Agua. La base sobre la que estamos pintando es un tono violáceo que proviene de la primera aguada que hicimos + los turquesas, que ya habrán secado. Sobre esta base aplicaremos el tono verdoso con Verde Hooker mezclado con una punta de Siena Tostada y Azul Ultramar. Ir dando capas hasta conseguir la profundidad deseada.
7.— Levantar líquido enmascarador. Quedará un blanco nítido que tendremos que matizar según el modelo. Primero pintaremos con un gris una mancha, sin llegar ya a los bordes. Este gris lo haremos con Azul Ultramar + Una punta de Siena Tostada. Es un gris azulado.
8.— Cuando esté seco, se aplicará un nuevo gris, pero ya no pintaremos sobre toda la masa gris anterior, sino sólo una parte. Se trata de conseguir varios niveles de gris para que el agua sea agua espumosa, no una zona de blanco plano. Mientras más niveles de gris consigamos, más riqueza en nuestra acuarela. Siempre de menor a mayor intensidad.
9.— Observar nuestra acuarela de lejos. Ver si las olas tienen relieve, si dan la sensación de onda. En el caso de que sea necesario, volver a pintar sobre grises, sobre verdes o turquesas.
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Estoy Reunida. Macarena Márquez. Acuarela. www.macuarela.com |
10: Firmar viendo qué color viene bien a
nuestra firma. La base de esta composición tiene un valor tonal azul y verde.
Ya que has llegado hasta aquí con arte, tienes arte como para firmar en el
color que desees. Sólo como orientación te recuerdo, que el naranja busca
al azul (porque le falta en su composición) y que el rojo busca al verde por lo
mismo. Son complementarios. Estos dos tonos quedan muy bien para firmar en
playas. Son el contrapunto idóneo para esta partitura. Pero la creatividad es
libre y, si así lo deseas, puedes investigar otros tonos, sin olvidar que tu
firma es un dibujo más dentro de los dibujos, una nota más dentro de las notas,
un elemento más en tu composición. No lo olvides.
Complementario del azul: NARANJA
Complementario del verde: ROJO
Pintaremos más olas. Hay muchos mares.
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Macarena Márquez Jurado Wikipedia
Libros de la autora:
Treinta y siete minutos en el atasco - Novela
Bárbara de Braganza - Biografía Histórica
Siempre me siento principiante inmersa en una experiencia iniciática cuando pinto el mar.
ResponderEliminarEl mar siempre es iniciático. No hay dos olas iguales!! Gracias por su amable comentario.
EliminarGracias, mil
ResponderEliminarGracias, Miriam. Espero que estos artículos le sirvan de ayuda.
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