En este artículo se profundiza en la historia de los pinceles Serie 7 de la casa Winsor & Newton. Esta serie fue creada en 1866 para la Reina Victoria de Inglaterra. Son de extrema calidad y siguen fabricándose de forma artesana.
Al firmar cada pincel, el artesano que trabaja para un artista se convierte a su vez en artista. Macarena Márquez.
© Macarena Márquez Jurado
Foto 1 - Pinceles SERIE 7 Winsor&Newton Acuarela sobre papel negro de Macarena Márquez |
Material empleado:
Sobre esta acuarela, en la que
he pintado una caja con pincel de la serie 7 de Winsor & Newton, he de
decir que ha sido un auténtico placer trabajar con acuarelas metálicas sobre
papel negro (Foto 1) No tengo palabras. El avance y la innovación de los materiales es
algo que siempre debemos tener en cuenta. No quiere decir que debamos comprarlo
todo, pero sí conocer, e incluso probar algunas cosas. Dejo una foto del cuaderno en cuestión (Foto 2) Sólo tiene 12 x 18 cms. Es así de bonito:
Foto 2 - Cuaderno Papel Negro Fontaine - ClaireFontaine www.macuarela.com |
Resumo el material:
- Cuaderno de bocetos:
FONTAINE. Aquarelle. Watercolour. Papier Noir, negro. Algodón 100%
12x18. 300 g/m2
- Metallic Marker:
Staedtler 1-2 mm.
- Lápiz: Portaminas Parker 2HB
- Pluma: Parker
- Goma de borrar de miga de pan
- Roller Pen de Tinta Líquida resistentes al agua para la firma (Foto 3):
Signo. Pigment Ink White. Mitsubishi Pencil. Co. Ltd.
Hemos escuchado mucho de
pinceles, numeraciones y calidades. Y también acerca del “rey de reyes”, una
serie de pinceles ya mitológica por haber sido creados por la casa
Winsor & Newton para la mismísima Reina Victoria de Inglaterra.
Por un lado, esta Reina, cuya
importancia fue de tal calado que marcó su época con su nombre: Época
Victoriana, empezó a escribir una serie de diarios desde muy niña. Fue su
madre, María Luisa Victoria, princesa de Sajonia-Coburgo-Saalfeld,
quien se los regaló cuando aún era una niña. Empiezan con una frase de dominio
público:
“Este libro, me lo dio mamá,
para que pudiera escribir en él el diario de mi viaje a Gales"
En ellos, no sólo escribió,
sino que plasmó su vida familiar y política a lo largo de su extenso reinado.
Lo hizo desde 1832, en que tenía 13 años, hasta 1901 en que murió. Incluyen
pinturas y dibujos y se publicaron en 2019 con ocasión del aniversario de su
nacimiento, 24 de Mayo de 1819.
Los Archivos Reales, junto con
la Biblioteca Bodleian de la Universidad de Oxford y la compañía ProQuest han
llevado a cabo la fabulosa acción de digitalizar toda esta obra de corte
autobiográfico. Para más información, remito a los enlaces de acceso. En el
caso de que se quiera realizar una investigación académica, para acceder hay que
escribir al correo electrónico de los Archivos Reales.
Por otro lado, al margen de
haber escrito e ilustrado sus diarios a lo largo de toda su vida, hay que decir
que no era autodidacta. Su profesor de acuarela fue William Leighton Leith,
maestro escocés de acuarela de paisaje, que había comenzado pintando escenas en
el Royal Theatre de Glasgow. Fue a Italia, haciendo el viaje
iniciático de los artistas y aventureros de la época. Allí pintó numerosas
acuarelas, bocetos y dibujos que se trajo de vuelta a Inglaterra y que le
sirvieron de carta de presentación ante las familias acaudalas y aristocráticas
del momento. Otro profesor fue Edward Lear, paisajista victoriano que se
convirtió en profesor de dibujo de la reina. De Lear son esas fabulosas
acuarelas de Meteora, muy famosas y que aconsejo ver para poder comprender
mejor las acuarelas e ilustraciones de esta reina. Además, este era un artista
que siempre aportaba novedades, ya que estaba instalado en la moda de nomadismo
del momento, pasar en Inglaterra el verano, y los meses de frío en poblaciones
del Mediterráneo.
Estos artistas enseñaban a la
futura reina ya en 1817, cuando todavía no había alcanzado los 10 años. Por lo
tanto, Victoria no empezó a pintar cuando se iniciaron estos cuadernos, sino
mucho antes, desde niña, siempre. Sobre todo, desde que se quedó viuda en
diciembre de 1861 después de 21 años de matrimonio con el príncipe consorte Alberto
de Sajonia-Coburgo-Gotha. La Reina, más que nunca, se aferró a esos diarios.
Esto en cuanto a los diarios,
cuadernos de viaje, dibujos y acuarelas de la Reina.
En cuanto a los materiales que
utilizaba, paso a hacer una síntesis de los orígenes de la Casa
Winsor&Newton y de cómo acaban adquiriendo el sello de abastecedor de la
Casa Real y fabricando los pinceles de la Reina.
La casa Winsor&Newton abre
su primera tienda en el número 38 De Rathbone Place en el año 1832. Por un
lado, estaba Henry Newton, el artista, que aportó los conocimientos de técnica
pictórica. Por otro lado, estaba Winsor, un químico que contribuyó al
incipiente emporio en su parte científica, que en aquella época estaba en plena
efervescencia. Los colores, hasta llegar aquí eran inestables y adolecían de
calidad. En 1835 introdujeron la glicerina, el elemento que aporta esa
untuosidad característica de la acuarela. Fueron avanzando en la creación y
resultados, tanto de acuarelas como de pinceles. Desde 1841 tienen el sello de
proveedores de la casa real, lo que forma parte también de su prestigio, al
margen de la calidad.
La Serie 7 de
Winsor&Newton se creó en 1866. Es la serie que se hizo para la Reina Victoria
de Inglaterra. Hablo un poco de ella porque son pinceles de extrema calidad y
que siguen fabricándose de forma artesana.
Pinceles Serie 7 Winsor & Newton
La Serie 7 cuenta con pinceles
de pelo de marta Kolinsky que se fabrican a mano por expertos iniciados. Los de
numeración alta pueden tardar en fabricarse una semana. El mechón sale de una
parte de la cola de las martas. Todo el proceso de fabricación y manufactura,
desde la adquisición de la materia prima, es sostenible. Cada pelo se revisa a
mano, y los mangos son de madera de abedul, llevando impresos en ellos en oro
el sello de la serie.
Los originales de la reina
Victoria tenían mangos de marfil y las virolas eran de metales nobles como la
plata.
Actualmente el mechón está
atado a mano por hilo de lino dentro de la virola, y lógicamente, las virolas
no son de planta sino de un latón, que, chapado en níquel, no se pica ni oxida
con el agua y restos de pigmentos. Añaden a la virola una doble hendidura
profunda. Una de las cosas para que la punta tenga su eficacia, es el equilibrio
que los artesanos tienen que conseguir entre convexidad del mechón y punta. Si
no hay proporción, la punta no describirá y descargará acuarela en la medida
necesaria, a lo que habrá que añadir que el pincel se abrirá, no volviendo la
punta a su estado de origen una vez que ha descargado la mezcla. Hasta ese
punto todo es importante en un pincel de calidad. Al combinar pelo de distinta
longitud con convexidades diferentes se obtiene un pincel de cuerpo ancho.
Parece ser que esta corporeidad del mechón de los pinceles es lo que le gustaba
a la reina.
En cuanto a la cuestión de la
punta del pincel es relevante. Si, cuando el acuarelista desembarca sobre el
papel con un pincel cargado, la punta se abre a la menor presión y no retorna a
su estado inicial, no seremos dueños del todo de nuestras pinceladas. Está bien
el índice de sorpresa en la pintura con acuarela y en toda pintura, pero no
todo debe ser sorpresa, hay una parte, siempre, en que el capitán de este barco
somos nosotros. Es igual que sucede en el movimiento de unas bolas de billar.
Parece que nosotros no controlamos apenas nada de su recorrido. Pero no es así,
y, al igual que el agua y sus reacciones, podemos saber con gran precisión qué
pasará en la mesa de billar, y también
en nuestro cuaderno.
En los pinceles de Serie 7, la
punta no se modifica cuando llega al papel y el pincel pinta llevado por
nuestra mano. Se llama Memoria de Forma. Esta memoria de forma la tienen
motivado entre otras cosas por las diferentes longitudes del pelo perfectamente
enrolladas, a las que se hace girar una y otra vez por las manos de un
artesano. Pero también por la convexidad del mechón y el equilibrio del que
hablaba. Si todos los pelos son iguales, por muy buena calidad que tenga, al
pintar no se obtendrá la misma precisión, será mucho más difícil controlar las
circunvoluciones que describen los trazos. Del mismo modo, si el pincel tiene
algún pelo de final romo o achatado, que aparece como cortado en seco, tampoco
podremos conseguir precisión para una pincelada final que así lo requiera. En
la Serie 7, los artesanos de Winsor&Newton comprueban pelo a pelo si hay en
todo el mechón un solo pelo cortado.
Sobre esto es bueno que
recordemos que, en un pincel malo, a las pocas sesiones, la virola estará por
un lado y el mango por otra causado por unos pegamentos de ínfima calidad y su
contacto con el agua y uso que le demos al pincel. Pasa a menudo cuando compramos
una cosa por otra. En la serie 7 todo es artesano y calidad. No hay que decir
que las virolas en esta serie no tienen soldaduras. Son de una pieza. Pero no
debemos admitir pinceles en que haya soldadura, sean de la serie que sean. Ahí
se meterá el agua, el pigmento, y al pintar, una gota de suciedad acumulada
caerá sin freno a través de la soldadura pudiendo arruinar una pintura.
Finalmente se prueban y
estuchan. Algo que me gusta y que dice mucho de la marca, es que, en pinceles
grandes, en la caja se pone el nombre del artesano que ha realizado el pincel,
hasta ese punto el artesano que trabaja para el artista se convierte a su vez
en su artista.
La serie 7 es todo un
universo. Y no digo que todos los pinceles que tengamos sean de la serie de la
Reina, -me encantan los acrílicos-, pero alguno podemos ir coleccionando para
pintar. Cualquier regalo de línea electrónica vale mucho más que un
pincel-joya.
Antes de decidirnos por un
pincel u otro, propongo observar bien los pinceles, y hacer pruebas. Si
conocemos desde la base de qué están fabricados y cuál es la causa, podremos
seleccionar mejor.
Foto 3 - Detalle del Roller Pen de Tinta Líquida para firmar sobre negro www.macuarela.com Signo. Pigment Ink White. Mitsubishi Pencil. Co. Ltd. |
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Totalmente de acuerdo con tus opiniones, tengo varios serie 7 desde hace mas de treinta años y aún los uso y disfruto, todavia conservan la punta afilada, una pasada
ResponderEliminarEl mundo de los pinceles es para empezar a investigar y no dejarlo. Muy interesante que me confirmes que los tuyos tienen treinta años y sigues pintando con ellos. Muchas gracias por compartirlo. Saludos.
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