Análisis sobre la Acuarela: Retrato de Ana y Andrés con fondo de fin de semana. Ana&Andrés watercolor portrait.
JAN VAN EYCK y VELAZQUEZ
Material Utilizado:
- Papel Guarro 240 gr.
- Acuarelas de tubo Sennelier Serie 2
Retrato de Ana y Andrés con fondo de fin de semana |
Se
ha escrito mucho sobre la importancia del fondo en nuestras composiciones. Quiero
intentar sintetizar en este primer artículo e ir a los dos puntos fundamentales
a la hora de tratar este tema. Hay muchos matices que vendrán más adelante. Hoy
voy a esquematizar, aplicando conceptos a esta acuarela e ilustrando sobre la
base de dos obras de arte.
1.
Qué
queremos resaltar.
Lo primero es elegir qué queremos
resaltar, si el fondo, el retrato, o ambas cosas. En el caso de este retrato de Ana y Andrés, he
querido destacar, por un lado, la pareja que forman, pero sin olvidar que es
una pareja que no se resiste al paso del tiempo en común. Por eso la he
insertado en un esquema de ambiente de ocio.
Para aclarar bien esto, os remito al
cuadro: El matrimonio Arnolfini, pintado por Jan van Eyck en 1434 (National
Gallery, Londres). Podríamos hablar durante miles de páginas de este cuadro,
pero sólo me referiré a que Van Eyck no pinta a este matrimonio con fondo
neutro, sino que los inserta en su hogar, describiendo minuciosamente cada
detalle que quiere resaltar, y añadiendo símbolos. Por ejemplo, en el cuadro el
esposo sostiene la mano de la esposa, lo que hace referencia a la potestas,
la autoridad en la casa. En cuanto a los objetos, además de estar cargados de
símbolos, también reflejan el orgullo del bienestar de esta pareja. Sus muebles
representan su herencia y sus logros. Ese orgullo es representativo de la incipiente
burguesía flamenca de la época, una clase social nueva que se fue enriqueciendo
y que empezó a adquirir obras de arte como símbolo de prosperidad. El gran
historiador del arte alemán Erwin Panofsky, en su artículo: Jan van Eyck's
Arnolfini Portrait (The Burlington Magazine for Connoisseurs, Vol. 64,
No. 372. Mar.1934) hizo un estudio de este cuadro digno de ser leído, que
aconsejo. Sólo he querido referirme aquí al hecho de: “Qué queremos resaltar”,
a la hora de pintar un retrato o boceto de personas.
2.
Cómo
lo hacemos.
Una vez que sabemos lo que queremos resaltar,
procederemos a ver cómo lo hacemos. Si queremos dar importancia solo al
retrato, a la esencia y sustancia del retratado, podremos elegir un fondo neutro,
nada estridente, que no entretenga la atención de lo esencial. Pero si lo que
queremos es reflejar el carácter social o ambiental del retratado, trataremos
el fondo con especial atención, llevando a quienes observan nuestra obra a
donde nosotros queremos.
Cuando pintamos, es el artista el que le
pone el punto de vista al espectador. No olvidemos esto. Al observar el retrato de Inocencio X de Velázquez
(Galería Doria Pamphili, Roma), no somos nosotros -espectadores- quienes
decidimos el punto de vista de la obra de arte, sino Velázquez – artista-, que
en 1650 decidió pintar una mirada inteligente y turbadora que nos perseguiría a
lo largo del espacio mientras observamos. ¿Sómos nosotros quienes nos acercamos
o alejamos imponiendo así nuestro punto de vista, o fue Velázquez quien dejó inscrito
para la posteridad cuál era el punto de vista?
Esto es algo que siempre hay que tener presente, sea en nuestro nivel o en el nivel que sea. No es el espectador el que determina el punto de vista, somos nosotros quienes guiamos al espectador hacia dónde tiene que mirar. Los historiadores del arte, estudiosos, aficionados, espectadores y turistas sensibles, sabemos que adentrarse en el cuadro de un maestro es ver a través de un artista, entrar en el sancta sanctorum de su atelier más profundo. Somos dirigidos por el artista, incluso cuando hay multipunto de vista, o sencillamente no lo hay.
Pasando al nivel sencillo de esta acuarela, en el humilde caso de este ejemplo propio, he querido resaltar el carácter de esta pareja como pareja con vida al margen del trabajo, por eso decidí desde el principio insertarlos delante de unas botellas y de un jamón serrano -pongo serrano porque nos leen no sólo en España-. La franja del fondo no es más que una síntesis del ambiente alegre de fin de semana, al que esta pareja no renuncia después de muchos años. Creo que ese no renunciar a la alegría del fin de semana, cuando se trabaja y se lleva muchos años juntos, es un éxito y así los he querido retratar, o más bien abocetar. La franja del fondo también condensa algunas conversaciones sobre jamón serrano que, siempre antes de las navidades, tuve con mi compañera: Ana Reques en momentos de calma laboral.
De una forma
muy esquemática, este es el resumen de los dos puntos fundamentales a la hora
de elegir fondo para nuestros retratados. Son elementos mínimos que también los
fotógrafos conocen. Saben que, si retratan sobre una pared de cal blanca, el
resultado será esencialmente retrato, y que, si el fondo es azul, traeremos a
un primer plano mucho más próximo al retratado por una cuestión de longitud de
onda.
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Macarena Márquez Jurado Wikipedia
Libros de la autora:
Treinta y siete minutos en el atasco - Novela
Bárbara de Braganza - Biografía Histórica
Macuarela, me gustaría saber cuando se decide el fondo en un retrato. O, al menos, cómo lo haces tú. Me sería de gran ayuda. Muchas gracias por tus consejos
ResponderEliminarNo siempre pinto de la misma forma. Pintar tiene mucho de preparación, y saber teoría del arte es de las cosas que más me han ayudado siempre para hacerlo. Pero también tiene mucho de espontáneo. Hay cosas que vas encajando, desarrollando y viendo conforme pintas. Algo parecido me han preguntado en fb. Normalmente lo hago así: Primero pinto el retrato. Si es de más de una persona, como éste, capto el espíritu de pareja. Si no existe ese espíritu, los diferencio. A continuación, y sólo al final decido el fondo. A veces simbólico. Y otras veces compositivo. O estético. Cosas, líneas, tonos, paisaje, una estante con un jamón serrano y botellas -como en este caso-. Todo es importante y aporta. Tanto la figura como el fondo. Pero lo primero es captar lo que hay más allá de las personas. Dar un paso y no quedarte en lo anecdótico.
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