En este artículo se demuestra cómo el miedo a estropear es lo que contribuye a que no avancemos cuando nos enfrentamos a un papel blanco. Muchas veces, el abuso de detalles innecesarios en nuestra obra es fruto de ese miedo. A partir de un retrato doble demuestro cómo se puede superar el temor a que algo no nos salga. También explico en donde está el origen de eso que nos sucede y nos impide hacer lo que nos gusta.
En múltiples ocasiones es necesario romper nuestra obra. Tenemos que atrevernos a admitir que nos ha salido mal. El artista siempre está preparado para el fracaso. Pero no olvidemos que también está preparado para el éxito.
Éxito es una palabra que viene del latín y significa "salida". El artista es aquel que siempre tiene una salida. Esas salidas o soluciones ante coyunturas o encrucijadas es lo que caracteriza a la mente creativa. La mente creativa no es la que está todo el día creando. Es, entre otras cosas, la que aporta varias soluciones a un dilema, problema o encrucijada. Por tanto, estamos preparados para el fracaso, pero también para encontrar salidas, soluciones diferentes que pueden llevar al éxito. Una de las puertas del éxito es la constancia.
Para afrontar ese miedo a hacerlo mal, he seleccionado esta pintura de retrato. Tú te preguntarás: ¿ Un retrato? ¿Lo más difícil?
Precisamente es difícil porque tenemos miedo a qué pensaran, a ser juzgados, a estropear lo que es naturalmente bonito, no porque realmente sea más difícil que otros motivos.
A lo largo de las fotografías se puede ver la
evolución de esta pintura. A base de manchas arriesgadas, se puede llegar. Se llega.
Te lo explico.
A mis alumnos, a los que conozco y a los que no.
Retrato de Paula y Luís Figura 1 - Final www.macuarela.com |
El miedo es una emoción aprendida que nos pone en alerta de los peligros. Nos ha permitido sobrevivir a lo largo de los siglos. Ante un hecho, ser viviente amenazante, o cualquier situación que ponga en riesgo nuestra integridad, se desata. Es la emoción que nos pone en movimiento, bien haciéndonos huir, bien enfrentándonos al peligro. Etimológicamente, emoción viene del verbo latino: emovere, ex movere, mover hacia fuera, remover, sacar de un lugar. Si esto lo llevamos a nuestro papel blanco, el miedo a emprender una nueva obra de arte, o simplemente nuestra pintura, significa que muchos artistas lo sienten o han sentido. Es algo común que a veces percibamos esa aprensión al vacío, un concepto filosófico inherente a nuestro ser. Y también un temor a estropear lo que está bien como está.
El miedo al vacío nos puede conducir por dos caminos: A que nunca
empecemos la obra que tenemos en la cabeza, es decir, a que huyamos con la
consiguiente frustración futura. O, a que le hagamos frente al blanco del papel
y nos pongamos manos a la obra asumiendo el riesgo de que nos salga mal. Sinceramente, creo que es mejor asumir el riesgo. Vivir con la frustración de no emprender nunca aquello que nos apetece hacer es peor.
Hay muchas personas que han sentido alguna vez la necesidad, o sencillamente la ilusión de pintar y expresarse. Y se les ha cortado su impulso. Ha podido ser porque la dedicación al arte nunca se ha considerado tan rentable como otras, me refiero al pequeño arte -claro -, y es más fácil orientar a las personas hacia otras vías. También porque algunos educadores, sobre todo antiguamente, denotando una gran falta de pedagogía o desconocimiento de las artes, a partir de cierta edad machacaban el impulso de expresión artística. Lo hacían sin tener en cuenta que hay técnicas que enseñan a desarrollar esa necesidad, más común de lo que parece. Las artes nos mejoran a todos los niveles. Y no es necesario vivir de ello. Se puede alternar con otras profesiones.
La frase que ilustra esto que explico sería: Mira
qué mal te ha salido, o No se parece nada, al original,
se refiere. Alguna persona de las que me leen lo habrán escuchado en la infancia o durante su adolescencia. Y es frustrante. Está mal
enseñado. Lamentablemente, por las personas que han llegado hasta mis clases, a las que he conocido y he intentado ayudar en su proceso de aprendizaje, creo que se sigue enseñando bastante mal esto de
pintar y dibujar.
Hasta que el niño tiene edad de aprender matemáticas se le tiene entretenido con colores y lápices, básicamente para que no nos moleste. Si se aburre, se le dice: Ponte a pintar.
A partir de la “gloriosa edad de las matemáticas”, a ese mismo niño, al ser descubierto pintando se le dice: Deja de hacer el tonto y ponte a estudiar.
Me imagino que muchos os reconocéis. Es un contrasentido y algo que frustra mucho sin base psicológica o pedagógica alguna. Pintar es un método de expresión que mantiene en equilibrio nuestras emociones, no solo el miedo, todas las emociones: Ira, ansiedad, alegría, miedo, tristeza o melancolía.
Ese equilibrio casi imposible entre:
1.- Lo que sucede y los otros - lo que llamamos el universo exterior.
2.- Lo que nos sucede y nosotros - el denominado universo interior.
Ese equilibrio es lo que se pone manos a la obra cuando nos movemos en el espacio artístico.
Cuando pintamos, desarrollamos la concentración, la observación, la discriminación, la memoria, la precisión, el deleite, y así muchísimas bondades que nadie debe frustrar. Es compatible con la ingeniería, la arquitectura, la medicina, la administración, las leyes, el comercio, la informática, la neurociencia, la física, el marketing. ¿ O es que las personas que estudian y desarrollan todas estas ciencias no tienen universo interior?
¿ Son robots? ¿ No tienen necesidad de expresarse?
Unos mundos se nutren de otros y no se excluyen. Pongo como ejemplo la publicidad, que tiene entre sus pilares el estudio del círculo cromático, los colores y sus complementarios. Sin el estudio del arte y sus técnicas, es imposible que nos hagan comprar algo. Observad los anuncios de la televisión, los del universo digital. Todo está estudiado, y en la base están los colores.
Han llegado hasta mí muchas personas, ya adultas, que no admitían ningún tipo de corrección al principio, o simplemente sufrían ante la enseñanza de técnica para solventar sus obstáculos a la hora de expresarse plásticamente. Muchas de ellas me han explicado la razón: No vengo a que me corrijan, ya me han machacado suficiente. Ya me machacan suficientemente.
Yo, ante eso, con toda la humildad, he tenido que aprender desde el principio cómo conseguir que las personas recuperen seguridad en algo que es innato y tienen frustrado: expresarse, sea pintando o cantando o dando brazadas en una piscina.
Ha habido jardineras y jardineros que querían aprender a pintar los jardines públicos que atendían. Estas personas pintaban con una sensibilidad, con una comprensión de la luz y sus efectos, diferente al resto. También he tratado a pintores de obra que deseaban saber acerca del mundo del color y el pigmento. Y expresar. No sólo pintar paredes según los gustos de sus clientes. Me llamaba la atención cuando pintaban algunos militares, que olvidaban rígidos protocolos, ingenieros y arquitectos que querían desdibujar la exactitud de sus mundos, matemáticos con los que he discutido y aprendido sobre perspectiva, químicos - verdaderos acuarelistas - junto a los que he buscado la razón por la que un rosa permanente y un verde esmeralda mezclan como un gris oscuro. Ni los químicos ni yo hemos encontrado la respuesta. Y eso que uno de ellos era catedrático. Pero también he conocido médicos con necesidad pictórica. ¡Muchos médicos! ¡ Muchísimos! Siempre han sido grandes humanistas. Saben de vida, de cuerpos, de rostros, del corazón, de los huesos, sus funciones, su clínica, incluso sus dibujos, pero lo que aprenden al pintar con acuarela es que una oreja, a veces, puede ser una mancha rosa de agua y rojo de cadmio. Lo podréis comprobar a continuación. Los espacios de tiempo en que pintaban todas estas personas, con las que he desarrollado tardes de mesa inolvidables, eran ratos de concentración en pintar. Y en ellos. Algo que resulta de gran importancia para los que nos cuidan, su autocuidado, el de su mente y su universo interior. He tenido alumnos que eran profesores, necesitados de aprender. Los profesores son ordeñados por la sociedad, y necesitan alimentarse continuamente, dedicarse. Pero también he tenido parados, estresados, economistas, restauradores de arte y de restaurantes, pobres y ricos y niños, personas muy mayores, muy jóvenes, esteticistas, maquilladores, oculistas, incluso una persona inválida de piernas y brazos, que escuchaba, y cuyo brazo ejecutor era la persona que le cuidaba y lo acompañaba a clase. ¿ Quién ha aprendido más? ¿El que enseña o el enseñado? Al final el cuidador le cogió gusto a pintar.
Lo cierto es que casi todo el mundo, con profesiones o sin profesiones, viene con miedo a pintar, a exponerse ante el resto, ante el profesor, ante sí mismo.
Ayudar a perder ese miedo a la expresión es
una de las tareas más difíciles y que más satisfacciones me ha dado a lo largo
de las clases y, casi, de mi vida. Porque he visto muchas personas que no se
creían capaces de ello y lo han conseguido. Y hoy me escriben agradecidas.
Pintar también es terapéutico.
En el caso de este artículo,
un doble retrato, quiero abordar una tarea que parece muy difícil. No digo que
sea fácil, pero hay técnicas para perder el miedo a estropear o, simplemente a
hacerlo mal. No os quedéis con las ganas de retratar a alguien que os gusta, o
a quien queréis, por miedo. No os limitéis a pintar la taza, el plato, la manzana o el árbol.
Atreveos con las personas, el retrato. Las personas y sus universos son lo más alto que se puede pintar.
Voy paso a paso con imágenes.
Si queréis hacer un retrato doble, o simple, os aconsejo que cojáis una foto, o del natural, y sigáis las pautas. Sin miedo.
Lo primero como siempre es
dibujar. Hacerlo de una forma muy sencilla, sólo dejando claro en nuestro
dibujo las líneas maestras y las grandes manchas de claros y oscuros. Como podéis
observar en la figura 2, el dibujo es muy sutil, con una mina 2H para que no
ensucie mi papel, a prueba de bomba. Aquí dejo la referencia por si estáis interesados:
Canson Aquarelle. Grano Grueso. 300g Bloc Encolado 4L 31x41. 20 Hojas.
Las acuarelas que veis en godet, no son en pastilla, son de tubo, y las meto en los pocillos. En este caso he utilizado acuarelas Van Gogh, una caja con una buena relación calidad precio. También dejo la referencia.
Caja de Acuarelas de tubo Van Gogh. 10 colores.
En cuanto a las acuarelas de formato redondo, en realidad son gouaches muy básicos, muy antiguos, pero que siempre andan danzando por mi mesa porque son incombustibles y nunca se acaban. Son de la marca PeliKan y tienen 40 años sin poner ningún año. Es una herencia. No se han estropeado, ni les ha salido moho, ni se despigmentan. A mí me parecen los “gouaches milagrosos”. Van camino de más generaciones. Y no son ni siquiera de calidad profesional. No sé de qué están hechos, quizá me lo puedan decir algún día mis alumnos químicos.
Hemos dibujado. Enseguida
empezaremos a pintar a base de manchas de color que se irán sobreponiendo. Haced
más grande la foto para que podáis observar bien:
Retrato de Paula y Luís Figura 2 - Dibujo y primeras manchas www.macuarela.com |
Como veis, esa mancha de piel
ha entrado en toda la cara. Solo he salvado los dientes, ni siquiera los ojos. El blanco de los ojos ¿Qué es eso del blanco de los ojos? No tengáis miedo,
manchad.
Retrato de Paula y Luís Figura 2 - Los tonos de la piel www.macuarela.com |
Hay algo que sí hay que observar y discriminar. Si son dos personas, como sucede en este caso, hay que tener en
cuenta la tonalidad de la piel desde el principio. En el caso de Luis y Paula,
he observado que la piel de él es mucho más transparente, de tonalidad más fría
que la de ella. Y eso lo marco con la tinta inicial. Figura 2. Observad la
tonalidad. La piel de ella es más anaranjada, la de él, más fría, más rosácea.
Retrato de Paula y Luís Figura 3 - Esbozo del foco de luz y la sombra proyectada www.macuarela.com |
En este nivel, ya tenemos la primera capa de la mancha uniforme inicial (figura 4) y otra más. En esta segunda fase, he dado una aguada con las sombras principales, a grandes manchas. Esbozamos ya la luz, su dirección y su mayor o menor fuerza. Hay que observar bien. El sol está entrando por la izquierda y es fuerte, por lo que pómulos y el lado soleado de las respectivas narices solo tienen una capa. Es la luz máxima, y ahí ya no entro con una segunda capa de acuarela. La luz es la transparencia del blanco del papel en la técnica acuarelística. Ampliad la foto. Hasta aquí son manchas, si ampliamos no tienen mucho sentido, aunque lo tendrán.
Retrato de Paula y Luís Figura 4 - Final www.macuarela.com |
Los dos son muy morenos, y lo que te pide la mano, sobre todo si estás empezando, es abordar la personalidad de esa melena de ella, la fuerza del pelo de él, su profundidad. Pero todo va despacio en acuarela. Pintamos de menos a más, y menos siempre es mejor. No lo olvides. De momento, él tiene un color de pelo más frío, más azulado. Y ella es igual de morena, pero su color es más cálido. En esta mancha inicial dejo apuntado esto, los matices, las diferencias. Vosotros tendréis que hacer lo mismo con las personas que retratéis o esbocéis. No dejéis de abordar preguntas como las que siguen ¿Quién tiene el tono de piel más frío? ¿ Quién tiene el color más oscuro? etc.
Podemos observar desde aquí, en este nivel, todas esas diferencias entre los dos. Están marcadas. Ellos ya se van pareciendo, están ahí, pero pero no hay detalles, es como si salieran de la atmósfera. Eso es pintar con acuarela: Salir de la atmósfera. Miguel Ángel decía que él no esculpía sus figuras, que las figuras estaban dentro de la piedra y él quitaba lo que sobraba. Pues al pintar, pasa algo parecido, las cosas, las figuras, el mundo circundante, sobre todo en el mundo de la acuarela, sale poco a poco de la atmósfera.
Para perder el miedo hay que huir de los detalles. Hay que ir subiendo la tonalidad poco a poco. La acuarela va creciendo de claro a oscuro casi siempre. Y cada vez que entono o dejo apuntadas luces y sombras, me llevo el papel lejos. Lo veo a distancia progresivamente, mientras me alejo caminando hacia atrás paso a paso, no perdiendo la vista de mi acuarela. Así podemos comprobar si la luz funciona, si las diferencias de tonalidad funcionan, si el dibujo y la expresión de cada uno funciona. Sin miedo. La acuarela es tan transparente que los oscuros, al final, darán los detalles descriptivos de los dos y redibujarán. No te preocupes. No podemos empezar poniendo los oscuro. Esto es una técnica y un conjunto de normas.
- Las normas están hechas - a veces-, para saltárselas -me puedes decir.
Pero sólo a veces. Cuando ya sepas la técnica, deshazte de ella cuanto y cuando quieras. Mientras tanto aprende técnica.
Otra cosa que apunto sobre el miedo, en este caso a la hora de abordar la acuarela, es que, al ser agua, nos parece que todo se va a correr y que pintaremos un pantano verdoso, no una cara, no una flor, no un vaso de agua transparente. Pero, precisamente porque es agua, si nuestro papel es bueno, con el pincel y agua limpia podremos quitar pigmento. Si nos pasamos, es la forma de borrar acuarela, con pincel y agua, sin apretar con el paño al quitar los restos. Borramos. No tengáis miedo. No es tan irreversible como parece y como dicen. Y es uno de los miedos más grandes a la hora de emprender una acuarela, lo que más he escuchado en horas de clase y estudio: Pintar con acuarela es muy difícil porque no se puede borrar.
¡No es cierto!
Retrato de Paula y Luís Figura 5 - Perder el miedo a pintar dientes www.macuarela.com |
Fijaos en la figura anterior, aquí ya no le debéis tener miedo ni al blanco de los dientes. Porque el blanco no existe. Es una mayor o menor luz. Y, de momento es una aguada gris, observad. Es un gris. Con eso le habréis perdido el miedo a pintar los dientes, algo muy común. En cuanto a los labios, son parte de la piel de la cara. Irán subiendo de tono, pero son piel, no algo ajeno al resto del rostro, forman parte del mismo. Es un dibujo sobre otro dibujo, un tono sobre otro tono.
Retrato de Paula y Luís Figura 6 - Final www.macuarela.com |
Veamos aquí. Figura 6. He seguido dando tono a la cara de Luis. El cuello, por ejemplo, tiene mucha más intensidad de tono que el pómulo. Y, además, tiene esa barba que apunta de los hombres morenos. Está ahí, aunque vaya afeitado. Se transparenta. Para conseguir esto aplico una aguada suave de Azul Ultramar con Siena Tostada sobre la zona de barba. Aunque no haya barba, esa zona es más azulada que el resto de la cara. En cuanto al cuello de Paula se va oscureciendo con nuevas manchas. Además, en este punto dejo apuntadas las flores sobre su cabeza. Lo hago para no entrar ahí con el oscuro de su pelo. Es una forma de recordatorio: No entres aquí con los castaños, aquí hay flores. Paula lleva una diadema floral, y no quiero que esa mancha de rosas se ensucie.
En cuanto al vestido, es azul. Pero solo quiero enfocar la luz. Mas oscuro en la parte inferior, más luz en los azules superiores. ¿Qué miedo puedo tener en manchar con azules? ¿ Por qué tener miedo? Las manchas azules, al final son vestido.
Retrato de Paula y Luís Figura 7 - Un ojo sin ojo. Un ojo es una pincelada. www.macuarela.com |
La luz es tanta, que en la parte de nariz y pómulo de Luis solo hay una capa. Figura 7. Redibujo con azul ultramar pestañas. Mira hacía abajo, a Paula. Sonríe. Si expandís la foto, el ojo no es más que una línea de Ultramar Azul sobre Siena Tostada. El globo ocular no se ve desde mi posición, y además sonríe bastante. Con todo, en el efecto global es un ojo, y además el de Luís. Tiene los ojos muy azules, pero no se le ven. Figura 8. Dejo traducido ese matiz muy azul en las pinceladas.
Retrato de Paula y Luís Figura 8 - Matices de los ojos www.macuarela.com |
En cuanto a Paula, he intentado expresar su mirada, aunque es difícil por expresiva y profunda. El miedo a reflejarla se quita pensando que, al final, lo que expresa su mirada se traduce con una mancha de luz/sombra. Es algo extraño, pero que resulta. Tanto ella como él tienen ojos de unos colores excepcionalmente diferentes. Preciosos como órgano. Pero no me he querido quedar ahí, mi acuarela sería mucho peor que una fotografía y que sus ojos en la realidad. En cambio, la mirada de una persona es un paso más allá. No son nada fáciles en este sentido. Pero no voy a tener miedo. No lo olvides. Pintad y no tengáis miedo.
Retrato de Paula y Luís Figura 9 - No pintemos ojos, pintemos miradas. www.macuarela.com |
Fijaos bien. Expandid la foto. Figura 9. La mirada queda reflejada en una mancha. Ahí están sus ojos, y lo que va más allá de un ojo. Pero no hay blancos, ni negros. Ni el blanco es blanco, ni el negro es negro. Hay claridades, oscuridades o profundidades.
Hay que cambiar la forma de pensar. Los artistas nos movemos en la visión estética, no la habitual. La mirada de ella es una franja horizontal que dejo secar hasta dar más detalle. Ahí ya perdéis el miedo a los ojos, con esa base. A continuación, cuando esté seca la mancha horizontal, con el mismo tono pardo, abordaremos las líneas de párpado y expresión, las cejas. Es todo el mismo tono. Figura 10.
¡Aquí, ya está Paula!
Están los dos mirándose:
Retrato de Paula y Luís Figura 10 - Pintar miradas www.macuarela.com |
Faltan detalles, pero ya nos vamos animando. Ya lo veréis, haced la prueba. Lo decía al principio. Si tenéis miedo a estropear, parad en el momento en que salte la personalidad del retratado. No insistáis en los detalles.
Pero, falta tono en la frente y la oreja de Luís. Por efecto del sol rebotando, esa oreja estaba desdibujada.
Os lo decía antes. Son los oscuros los que dibujan. Es el momento. Debemos interpretar que una oreja son estas manchas en este tipo de pintura. No hay más. El miedo lo produce que sabemos que una oreja, por lo que hemos estudiado, es mucho más que una mancha. Tiene conducto auditivo, y huesos, tímpano… Esa es la percepción habitual, lo que sabemos. Pasemos a la percepción estética. Da el salto. No pintes todo lo que sabes. Pinta lo que ves. No tengas miedo.
Pinta lo que ves: ¡ Manchas!
Para un pintor, las orejas no oyen, no escuchan. Son parte del dibujo de una cabeza, importantísimas en la forma y personalidad de cada persona. Pero no oyen, recuérdalo y no tengas miedo. Pinta manchas y no un órgano que escucha. De esa forma perderás todos los temores. Figura 11.
Retrato de Paula y Luís Figura 11 - Pintar una oreja con acuarela www.macuarela.com |
¿ De verdad que esto es lo que nos han enseñado que es una oreja?
Salta al vacío y pinta lo que
ves. Resumiendo mucho, es la forma de pintar de la ESCUELA GESTALTICA ¡No tengas miedo a pintar lo que ves y pintarás bien ¡ Tengo un artículo dedicado a esto.
Te dejo el enlace.
Con los labios voy haciendo lo mismo. Fijaos en los de ambas figuras. Figura 12. Son capas de rosados sobre rosados, o sobre rojos, o sobre azules en el caso de Luís. Desde el principio hemos visto que sus tonos son más fríos que los de Paula.
Retrato de Paula y Luís Figura 12 - Pintar labios con acuarela www.macuarela.com |
Y vamos con el pelo, manchado en sus matices desde el principio. Nuevas capas de oscuro. Son pinceladas sólo. Más oscuras y más capas en donde entra menos luz. Redefinamos el pelo. Figura 13.
Retrato de Paula y Luís Figura 13 - Redefinir el pelo www.macuarela.com |
Y lo mismo con las telas. Menos capas en donde entra más luz:
Retrato de Paula y Luís Figura 14 - Redefinir las telas www.macuarela.com |
Al final algunos detalles y nuevas capas para ajustar luces y sombras. Detalles: las flores, la corbata, las manos. Nuevamente son manchas extrañas de color si las miramos aisladamente, pero no en el global del retrato.
Observemos
las flores sobre el pelo. Manchas de
carmines, de verde esmeralda, de rosa permanente, con azules y gris de Payne.
Retrato de Paula y Luís Figura 15 - Detalles www.macuarela.com |
Veamos ahora en detalle. ¿ Qué
son las uñas? ¿ Y el nudo de una corbata? ¿ Y un ojal?
Son manchas de color. Sin detalles. Pinta lo que ves, no lo que sabes. Eso que sabes te impide avanzar. Da un salto. Figura 16.
Retrato de Paula y Luís Figura 16 - Pintar lo que vemos, no lo que sabemos www.macuarela.com |
En cuanto a la luz del sol
rebotando sobre la camisa, es el máximo de luz, y es el blanco del papel. No os
quebréis. La luz es el blanco del papel. Ahí no entréis ni con agua limpia. Observa la figura anterior.
Todas esas manchas de color,
juntas, van dando un resultado. Como por arte de magia.
Retrato de Paula y Luís Figura 17 - La magia está en la suma de manchas de acuarela www.macuarela.com |
Pero no es magia.
Es técnica y no tener miedo.
También es que son muy guapos,
y se miran con verdadero pegamento existencial. ¡A ver cómo se pinta eso! Figura 17.
Al final, si te gusta el
resultado, a pesar de todos los miedos, firma tu trabajo.
Retrato de Paula y Luís Figura 18 - Firma con pincel www.macuarela.com |
Retrato de Paula y Luís Figura 19 - Final del puzzle. Las manchas cobran sentido. www.macuarela.com |
Macarena Márquez Jurado Wikipedia
Libros de la autora:
Treinta y siete minutos en el atasco - Novela
Bárbara de Braganza - Biografía Histórica